Se trata de uno de los trastornos del sueño más comunes y que puede acarrear consecuencias negativas para el afectado.

Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se calcula que casi la mitad de la población (en concreto, un 45%) ronca, ya sea de forma esporádica o frecuente.

El sobrepeso es uno de los factores de riesgo más importantes de cuantos existen para la aparición de los ronquidos y su control, por tanto, puede ser muy importante en el objetivo de hacerlos desaparecer y nos podrá permitir a tener un descanso más placentero y eficaz para afrontar el día a día con garantías.

La apnea obstructiva del sueño es otra de las posibilidades que pueden surgir a causa de un sobrepeso, por muy ligero que sea, por lo que es clave mantenerse en el peso ideal para intentar evitar este problema.

El ejercicio físico y una dieta equilibrada pueden ser algunas de las técnicas más eficaces para encauzar la situación y eliminar este problema que impide o limita el descanso.

Además del sobrepeso o la obesidad, otros factores de riesgo para padecer la roncopatía son el consumo de tabaco y bebidas alcohólicas, la longitud del paladar, la aparición de vegetaciones, un cuello con poca longitud, dormir boca arriba o cuestiones hereditarias.

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